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Aunque en belleza cada vez nos gusta hablar menos de edades, y más del estado de la piel o del cabello, es cierto que a partir de los 40, más o menos, es normal notar ciertos cambios. Mientras que en la piel asoman las arrugas y la flacidez, principalmente (además de las manchas), en el cabello también es normal notar ciertos cambios. El pelo se debilita, pierde densidad y volumen, tiende a estar más quebradizo, se cae más y suele estar más seco y sin brillo.
Por una parte, la edad o las hormonas hacen que el pelo se vuelva más fino y que pueda caer más, sobre todo, por la menopausia.
Por otra parte, es habitual que a esta edad se usen tintes o mechas que pueden provocar mayor sequedad y pérdida de brillo.
- Hay que utilizar una rutina capilar adecuada a nuestro tipo de cabello y si tenemos algún problema en el cuero cabelludo (seco, graso, sensible). Conviene invertir en un champú bueno, y sobre todo adaptado a nuestro pelo.
- Si hemos empezado a notar la pérdida de densidad y de volumen, conviene usar algún producto que fortalezca el cabello. Por ejemplo, René Furterer cuenta con una gama específica para prevenir el envejecimiento del cabello, Tonucia Natural Filler, un ritual pro-juventud que rellena y refuerza la fibra capilar, para una melena redensificada y revitalizada. Cuenta con champú repulpante, mascarilla repulpante y suero concentrado de juventud.
- En épocas de caída conviene suplementar la alimentación con complementos como Duplo Triphasic Caída Progresiva de René Furterer o Iraltone AGA cápsulas de Cantabria Labs. Pero siempre hay que pensar que es esencial llevar una alimentación equilibrada y variada. La alimentación es fundamental para la salud del cabello.
- Es muy importante hidratar bien el pelo con ayuda de las mascarillas, para evitar el encrespamiento (que puede ser también más frecuente por los tintes) y mantenerlo suave y brillante.
- Limita siempre que puedas el uso del secador y de las planchas y aplica antes un protector de calor.
- Cepilla tu melena a diario, al menos una vez al día, con un cepillo de cerdas naturales.
- Realiza una vez la semana un masaje capilar con ayuda de un aceite, para estimular la circulación sanguínea.
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