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Nos gusta siempre decir que no debemos fijarnos en un solo ingredientes, sino en la fórmula completa. La combinación de activos es lo que hace que un producto sea adecuado para un tipo de piel u otro. Sin embargo, nos preguntáis mucho por ingredientes en concreto, así que hemos elaborado una guía de activos según las necesidades de cada piel.
La deshidratación es algo habitual en pieles secas, maduras, en pieles que están usando ácidos y retinoides, y en general en cualquier piel, por ejemplo, en invierno, si está sometida al viento, bajas temperaturas o ambientes resecos. Para paliar la deshidratación hay que incluir sustancias humectantes como el ácido hialurónico, el colágeno o los proteoglicanos. También sustancias emolientes, como las mantecas, aceites y ceramidas.
Los poros dilatados son una imperfección propia de las pieles grasas y mixtas, y que puede acentuarse, además, con la edad. Aunque los poros no se pueden cerrar, una buena rutina de limpieza ayuda a hacerlos menos visibles. Los activos que no deberían faltar en una rutina para mejorar los poros dilatados serían el ácido glicólico que mejora los comedones, el retinol que regula el sebo, el ácido salicílico, que tiene capacidad de seborregular.
Para mejorar el acné y mantener a raya los brillos, propios de las pieles mixtas y grasas, es imprescindible añadir en la rutina ácido salicílico, uno de los mejores activos para estas pieles, por sus propiedades queratolíticas y comodelíticas, realizando una exfoliación que mejora las lesiones y regulando el exceso de sebo. El ácido láctico es también una opción porque mejora el acné y actúa como renovador celular. El retinol es, asimismo, un buen aliado de la piel acneica. Y la niacinamida que tiene propiedades seborreguladoras y antiinflamatorias, mejorando la textura de la piel y el aspecto de los poros.
Para las pieles apagadas, lo mejor son los antioxidantes, que ayudan a mejorar el tono de la piel, eliminan manchas, y aportan luminosidad. Entre ellos, vitamina C, ácido ferúlico y vitamina E. Si, además, los combinas entre ellos, conseguirás un cóctel aún mayor para aportar luminosidad a la piel. Además, en general, las pieles apagadas, necesitan también hidratación, así que incluiremos también activos como ácido hialurónico, proteoglicanos…
Cuando se trata de prevenir y combatir las arrugas, en la rutina no puede faltar el retinol, el activo con más estudios: mejora las líneas de expresión y las arrugas, y favorece la síntesis de colágeno y elastina. Además, no debe faltar la vitamina C, que previene el estrés oxidativo y también favorece la síntesis de colágeno. El ácido hialurónico, además de hidratar, rellena arrugas. Los péptidos también son buenos aliados, al suavizar las líneas de expresión y arrugas y evitar la flacidez. Otro activo interesante es el DMAE, que mejora la hidratación y la firmeza de la piel, además de tener efecto antioxidante.
Cuando la preocupación principal son las manchas, aconsejamos usar activos despigmentantes como el ácido azelaico, que disminuye la síntesis de melanina, la hidroquinona, el ácido kójico… Además, tanto el ácido glicólico como el ácido láctico, ambos alfahidroxiácidos, son eficaces para tratar el melasma o los lentigos solares. El retinol también ayuda a mejorar las manchas y la vitamina C.
Si tu piel es sensible, algunos de los mejores activos son la niacinamida que ayuda a reparar la barrera cutánea, la centella asiática, calmante y cicatrizante, además de ayudar a mantener la humedad en la piel, el pantenol, con propiedades hidratantes, emolientes y antiinflamatorias.
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